Tu esposa, !oh Burgués!, tu casta mitad cuya legitimidad representa para ti la poesía, la protectora vigilante y enamorada de tu caja fuerte, introducira en la legalidad una infamiaa irreprochable, y no será más que el ideal perfecto de la prostituta. Tu hija, con nubilidad infantil, soñará, en su cuna, que se vende en un millón. Y
tú mismo, oh Burgués —aún menospoéticopoeta de lo que hoy eres—, no sabrás que decir, no lamentaras nada.
Dibujos y fragmentos póstumos. Charles Baudelaire
Publicado el 20 abril, 2015 en Sin categoría. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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